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Hábitos que podrían dañar los dientes

Comer grandes cantidades de alimentos azucarados, beber mucho café y fumar son viejos enemigos conocidos de la salud bucal. Sin embargo, hay otros hábitos que también pueden dañar los dientes. Muchos de ellos ¡te sorprenderán!

Masticar hielo. Hacerlo frecuentemente o en grandes cantidades puede astillar los dientes, dejarlos vulnerables a una emergencia dental e incluso dañar el esmalte, asegura la Asociación Dental Americana (ADA). Descubre más advertencias de la institución.

Comer cítricos con mucha frecuencia. Aunque saludables, la continua exposición a alimentos ácidos puede erosionar el esmalte de los dientes, volviéndolos con el tiempo más susceptibles a la caries. Para contrarrestar este efecto, se aconseja ingerirlos con mucha agua.

Alimentos pegajosos. Es el caso de las frutas deshidratas. El problema es que tienden a permanecer en los dientes más tiempo que otros tipos de alimentos. La recomendación es enjuagarse con agua inmediatamente después de su consumo.

Comer patatas fritas. El almidón que contienen tiende a quedar atrapado en los dientes. Si las comes, trata de lavarte los dientes y usar hilo dental lo antes posible.

Abusar de refrescos. La mayoría de las bebidas carbonatadas, incluyendo las dietéticas, son ácidas, y por lo tanto, potencialmente perjudiciales para el esmalte. Además, las que contienen cafeína tienden a resecar la boca.

Beber alcohol. En exceso, este puede dejar la boca seca y reducir el flujo de saliva, un elemento fundamental para tener dientes sanos, pues limpia las bacterias que causan la caries, así como ciertas infecciones orales y trastornos en las encías.

Bebidas deportivas y energéticas. Si bien parecen saludables, el azúcar es un ingrediente principal en su elaboración. Beberlas con frecuencia, por tanto, puede producir caries, explica el portal WebMD.

Piercings en la lengua. Cuando el metal entra en contacto con los dientes o las encías, existe el riesgo de irritación y daño. En los labios, el riesgo sería similar. La boca es, además, un paraíso para las bacterias, y los piercings aumentarían el riesgo de infecciones y llagas.

Bruxismo. Se trata del hábito inconsciente de rechinar o apretar los dientes mientras dormimos, generalmente como consecuencia de estrés o ansiedad. No solo nos trae dolores en la mandíbula, sino que también desgasta el esmalte dental.

Evitar los alimentos duros durante el día puede reducir el dolor y el daño de este hábito de rechinar. El uso de un protector bucal en la noche podría, a su vez, prevenir esta tendencia involuntaria.

Usarlos como herramienta. Por el daño que implicaría, destapar las botellas de refresco y de cerveza con los dientes hará estremecerse a cualquier dentista. Lo mismo sucede si los utilizas para abrir frascos o envases.

Ingerir gomitas dulces. Estas golosinas se adhieren a los dientes, mientras que tanto el azúcar, como los ácidos que ellas producen, permanecerán incrustados en ciertas zonas de la dentadura, causando daños en el esmalte.

Biberón nocturno. Antes de dormir, acostumbrar a los niños pequeños a que acudan a un biberón de jugo, leche o fórmula, podría afectar sus dientes en formación, al “bañarlos” de azúcares durante las horas que dure el sueño nocturno.

Fumar es, finalmente, uno de los peores hábitos para la salud bucal. Puede manchar los dientes y causar que se caigan como consecuencia de alguna enfermedad en la encía. Si estás buscando una razón más para abandonar el tabaco, piensa en tu sonrisa.

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