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Grandes Misterios Sin Respuesta Parte III

Existen acontecimientos que escapan a la razón humana, llenos de misterio y sin aparente explicación. Mitos, leyendas, episodios sobrenaturales. Te invitamos a que leas la Tercera parte de Misterios sin Respuesta

1. La Maldición de Tutankamon

La idea de profanar una tumba y el cadáver enterrado en ella suscita los más terribles presagios de mala suerte y muertes. Es algo que subyace en nuestra conciencia social y que nos empuja a buscar explicaciones irracionales en sucesos que difícilmente pueden entenderse. Aquel 26 de noviembre de 1922 se desató la maldición más terrible conocida por el mundo: la maldición de Tutankamon. Aquel 26 de noviembre, a las puertas de la tumba se encontraron Howard Carter, su descubridor, Lord Carnarvon, su mecenas, lady Evelyn Herbert, hija de Carnarvon, Arthur Callender, su ayudante, y hasta 20 personas más, entre ayudantes, científicos y altas personalidades.

Cuando, tras quitar el sello, Carter asomó la cabeza, a su espalda, Lord Carnarvon le preguntó lo que veía…

… Carter, sin saber la terrible ola de muertes que se sucedería tras la apertura, dijo sereno:
"Cosas maravillosas"“, dijo Howard Carter, respondiendo a la pregunta de Lord Carnarvon por lo que veía en su interior. Y acto seguido acabó por romper el sello de la entrada y deslizándose cámara adentro buscó aquel fabuloso tesoro escondido entre las arenas y las piedras del Valle de los Reyes durante más de 3.000 años.

Nada más entrar pudo observar que la tumba ya había sido profanada anteriormente; sin embargo, extrañamente, los ladrones nada parecían haberse llevado. Tras aquella segunda puerta la luz de sus antorchas iluminaron el mayor tesoro que ningún arqueólogo pudiera imaginar antes: figuras de animales, estatuas, joyas, oro. El silencio se hizo aún más sepulcral; todos los invitados a la apertura quedaron absortos ante semejante belleza. Carter se dio cuenta inmediatamente de que había cambiado la Historia para siempre, que su descubrimiento había sido el más importante de toda la historia de la Egiptología hasta ese momento, y probablemente en muchos años más. Y aún les faltaba por visitar la cámara mortuoria.

La tumba tenía cuatro cámaras; en la tercera de ellas estaba la Sala del Tesoro en la que una colosal estatua de Anubis guardaba y protegía el cofre donde se guardaban los órganos de Tutankamón. La última era la cámara mortuoria, y al fin, Carter pudo constatar que los sellos estaban intactos. Las consecuencias fueron inmediatas: la momia aún estaba dentro, y, desde ese momento, los ojos del mundo se volvieron hacia aquella expedición a la que se seguía con una mezcla de expectación, emoción pero también temor.

Las primeras muertes no tardaron en llegar. Apenas siete semanas después de haber abierto la cámara mortuoria, lord Carnarvon, el mecenas de la expedición y mejor amigo de Howard Carter, murió por una neumonía. O al menos eso es lo que figura en su certificado de defunción, pues algunos científicos aseguran que fue por una septicemia, producto de una infección en una herida que se hizo y que desembocó en aquella neumonía fatal el 5 de abril de 1923.

En un país como Egipto, tan espiritual, donde el hogar eterno es el lugar donde moran los ka o almas de los muertos, aquello fue la primera señal de que una maldición se había lanzado sobre aquel descubrimiento. Máxime cuando, supuestamente, cuentan que aquel mismo día de abril de 1923, las luces de todo El Cairo se apagaron, y el fiel perro de Lord Carnarvon, a miles de kilómetros de distancia, en su Inglaterra natal, cayera muerto en aquel mismo instante en que su amo había muerto.

Sin embargo, aquella muerte no había sido la primera. Durante meses Howard Carter había estado excavando toda aquella zona en busca de una misteriosa tumba y de un desconocido faraón que podría estar enterrado por allí. Ansiaba encontrar a Tutankamón, pero hasta entonces la búsqueda había sido en vano. Dicen que cierto día Carter se presentó con un canario, y que cuando le preguntaron, aclaró que era para que le trajera suerte. A los pocos días de estar el canario en el campamento, sus ayudantes lo avisaron de que habían desenterrado lo que parecían unos escalones que bajaban a algún sitio. La habían encontrado. A fin de cuentas, parecía que aquel pájaro sí les había traído suerte. Pues bien, el mismo día en que Carter abrió la cámara mortuoria, una cobra, considerada el animal sagrado asociado a los faraones, atacó al canario y lo mató. Los trabajadores egipcios empezaron a murmurar que era el espíritu de Tutankamon encarnado en aquel animal.

Seis meses después de la muerte de Lord Carnarvon, falleció su hermano Aubrey tras ser operado, aparentemente sin importancia. Arthur Mace, el ayudante personal de Carter murió al poco de una pleuresía. En 1926 lo hizo el egiptólogo francés que había asistido a la apertura, Georges Bendi, al caerse en las escaleras visitando la tumba. Otro de los visitantes diplomático, un príncipe egipcio, murió tiroteado. Un compañero del francés, el egiptólogo egipcio James Breasted lo hizo de una infección; George J. Gould, norteamericano, se resfrió en la tumba y murió poco después. Richard Bethel, secretario personal de Carter, lo encontraron muerto de un infarto, y poco después, fue su padre, el que se suicidó tirándose por una ventana, y así hasta una veintena de extrañas muertes.

¿La maldición? ¿pura casualidad? ha habido tumbas en las que se han encontrado tablillas grabadas con una maldición, costumbre que tenían desde que estas tumbas eran saqueadas, como medio para ahuyentar a los ladrones. Sin embargo, Howard Carter siempre mantuvo que nunca encontraron una tablilla así.

Ha habido científicos que adujeron que todo se debió a la inhalación de gases, pero siempre se suelen tomar las medidas necesarias sabiendo que una tumba cerrada durante tantos años expulsa al exterior en su momento de la apertura infinidad de bacterias. Generalmente, suelen dejar la tumba abierta dos días, para que se airee, antes de entrar.

De todos modos, lo cierto es que no hay nada lógico que induzca a pensar que hay una maldición y el mejor ejemplo de ellos es Carter, el más implicado, a quien no ocurrió nada. Pero como decíamos en nuestro primer artículo sobre la maldición de Tutankamon, subyace en la mentalidad social que a quienes profanan una tumba, siempre debe sucederles algo.

2. Los Illuminati

Las novelas históricas han puesto al descubierto los nombres de varias sociedades secretas que durante años han estado ligadas con las leyendas, moviéndose entre la realidad y la ficción de su influencia histórica en la política y la sociedad. El simple nombre de Los illuminati, el Priorato de Sion, o el más conocido de la Masonería, despiertan una curiosidad morbosa acerca de su origen y de su verdadero poder, y, sobre todo, de hasta qué punto ambas siguen existiendo en las sombras.

Si “El código Da Vinci” o más tarde “Angeles y Demonios“, ambas de Dan Brown, fueron quienes abrieron el camino para el descubrimiento de la verdad escondida durante siglos, más tarde, otras, profundizaron en su estudio, y aunque la mayoría cometieron errores históricos de auténtico bulto en pos de un mayor éxito comercial, todas ellas supieron abrir las vías necesarias para intentar resolver algunos enigmas.

Símbolo de los Illuminati

Una de estas sociedades secretas fue la de los Illuminati, cuya aparición se encuentra documentada por primera vez el 1 de mayo de 1776, en Baviera (Alemania). Aquel fin de siglo era el de la revolución cultural; el de la Ilustración; el de las nuevas ideas y el futuro a punto de llegar. Ya años antes, en el 1717, la masonería había surgido como respuesta a las reuniones de ilustres que buscaban encontrar una ideología más moderna y adecuada al progreso social y personal. Estas nuevas ideologías encontraron su abono en el siglo XVIII durante el que el racionalismo se abrió paso por toda Europa, donde incluso reyes europeos, como Federico II de Prusia, fueron masones.

Sin embargo, la Iglesia Católica, temerosa de perder su poder político y económico, luchaba abiertamente contra esas ideas de progreso y contra esas nuevas sociedades secretas. En Baviera controlaban con mano de hierro el gobierno e incluso la educación con la sóla idea de evitar que los niños se abrieran a esas nuevas corrientes. La censura se imponía, y fue en esa situación de tensiones internas, cuando poco a poco, en los círculos intelectuales comenzó a fraguarse una nueva sociedad.

Adam Weishaupt era uno de esos ilustrados que en un principio abrazó las ideas del racionalismo y llegó a ingresar en la masonería. Sin embargo, Weishaupt era mucho más radical que las ideas que propugnaban y pronto comenzó a destacarse y desligarse. Como catedrático de Derecho Canónico en la Facultad de Ingolstadt intentó inculcar sus ideas en sus propios alumnos lo que le ocasionó continuas disputas con la Iglesia y con el propio Gobierno de Baviera.

El 1 de mayo de 1776 acabó fundando su propia sociedad a la que llamó la Orden de los Perfectibilistas aunque finalmente acabó cambiándole el nombre por la de los Illuminati. Sus pensamientos radicales postulaban que tanto la Iglesia como los Gobiernos debían ser derrocados y para ello debían producirse Revoluciones por todo el mundo. De ese modo aparecería una nueva sociedad menos servil y más libre. Pero dada la radicalidad de sus ideas y del enfrentamiento con la Iglesia, sus líderes debían esconderse bajo nombres falsos, que generalmente eran de personajes antigüos. Así Weishaupt era conocido como Espartacus.

Su programa era tan ambicioso y a priori inalcanzable, que en los primeros momentos captaron pocos adeptos. No fue sino hasta la aparición en el año 1780 de Adolf Franz Friedrich, barón de Knigge, cuando Los Illuminati vivieron el empujón que necesitaban. El barón simplemente se encargó de dotar de una estructura organizativa mucho más factible y de unos estatutos y unos grados iniciáticos que también han sido motivo de especulaciones a lo largo de los siglos, con pruebas que se consideraban como diabólicas. El éxito fue tan rápido que en poco tiempo tuvieron colaboradores por media Europa y entre ellos famosos como Goethe o Herder, ambos escritores.

La fama del barón de Knigge comenzó a ser tan fuerte que el propio Weishaupt empezó a enfrentarse a él, viendo cómo perdía poder en una sociedad que él mismo había creado. El año 1783 fue su mejor año, pero a cambio, las relaciones internas ya no eran igual, y la desunión se había apoderado de ellos. El barón acabó por marcharse y abandonar a los Illuminati al caracter despótico y tiránico de Weishaupt.

En 1784, el Gobierno Bávaro y la Iglesia, conscientes del gran poder que estaba atesorando el grupo, y de sus ideas anarquistas y peligrosas, acabó por promulgar una serie de edictos contra todas las logias. En 1786 un registro a la casa de Xavier Zwack, uno de sus cabecillas, puso al descubierto muchos de sus archivos secretos e ideas. Finalmente, en su edicto del año 1787 se castigaba a los Illuminati con la pena de muerte, mientras la Iglesia Católica lanzó a su Inquisición tras ellos.

Prácticamente, en apenas un año, habían conseguido acabar con los Illuminati. ¿Pero qué fue lo que hizo que los Illuminati desaparecieran y, sin embargo, otros, como la francmasonería continuara casi hasta nuestros tiempos? Sin duda alguna, su radicalismo. Aquella redada en casa de Zwack puso al descubierto documentos que horrorizaron al mundo, pues contemplaba una serie de acciones fatales encaminadas a sembrar el caos y derrocar a todos los gobiernos posibles.

Desde entonces, muchos actos terroristas y muchas situaciones históricas han sido asignadas a los Illuminati, como la Revolución Rusa, el atentado de las Torres Gemelas, o incluso el estallido de la Revolución Francesa. El propio Churchill pensaba que Lenin era uno de esos Illuminati. Sin embargo, jamás ha habido ninguna prueba concluyente de su implicación, y lo único cierto, es que jamás se ha vuelto a encontrar documento alguno que los ligase a nada desde aquel año de 1787. Sólo pruebas que podrían asociarse con ellos, como el curioso símbolo del delta luminoso que aparece en los billetes de a dólar norteamericano, y que curiosamente eran el símbolo que los Illuminati eligieron como señal de identidad, la de la pirámides de 13 escalones, iluminada en su punta y con un ojo en su interior.

La Historia sólo nos cuenta que los Illuminati concluyeron con la muerte de Weishaupt en el año 1830.

3. Nostradamus y el  Nazismo

Se mencionan profecías que se encontraron sobre el nazismo en la Biblia a través de los libros de Esther y Daniel. Pero, sin duda, las principales y más impactantes son las que publicó Nostradamus en sus célebres y temidas Centurias.

Corría el siglo XVI cuando Nostradamus publicó este libro, escrito en diez cuartetas, con estrofas de cuatro versos. Dicen de Nostradamus que predijo la Revolución Francesa, el gran incendio de Londres, la muerte de JFK y hasta el 11-s. Pero además, hay cuatro cuartetas que muy bien podrían relacionarse con el nazismo:

“De lo más profundo del Occidente de Europa
de gente pobre un joven niño nacerá
que por su lengua seducirá a muchos
su fama aumentará en el reino de Oriente”

Hay que recordar en este punto el origen humilde de Hitler ya que su padre era agente de aduanas y su familia provenía de campesinos. Tampoco se puede dudar de su habilidad para convencer mediante la retórica. En cuanto al Reino de Oriente, basta pensar que todo empezó tras la sorprendente anexión, sin luchas, de Austria. El nombre germano del país austriaco es Österreich, que traducido significa “Imperio de Oriente”.


A medida que nos introducimos en las siguientes cuartetas las cosas parecen más claras:

“Vendrá a tiranizar la Tierra
hará crecer un odio latente desde hace mucho.
El hijo de Alemania no observa ley alguna.
Gritos, lágrimas, fuego, sangre y guerra” 

No creo que haga falta mucha explicación al respecto. Solo mencionar que en cuanto al “Hijo de Alemania” que menciona hay que recordar que Hitler ofrecía tras la Primera Guerra Mundial la seguridad que al Estado le faltaba. El tuvo la capacidad de convencer al pueblo alemán tras su humillante derrota, de la grandeza de Alemania y de su resurgimiento. Aquel hijo de campesinos pasó en poco tiempo a ser el Hijo del Pueblo mucho antes que se conocieran las muertes de los judíos y los rusos.

La tercera cuarteta es quizás la más directa:

“Un capitán germano vendrá escudándose tras falsas esperanzas.
Y su revuelta verterá gran cantidad de sangre.
Bestias enloquecidas de hambre los ríos atraviesan.
La mayor parte del campo estará contra Hister” 

De esta cuarteta la única sorpresa quizás podría ser la palabra Hister a la que algunos interpretan como una malformación de Hitler, aunque otros recuerdan que el Danubio, principal río de Austria, en latín es Ister.

La 4ª cuarteta es la más enigmática:

“Cerca del Rin, de las montañas austríacas,
un grande nacerá demasiado tarde.
Un hombre que defenderá Hungría y Polonia
y nunca se sabrá que se hizo de él.” 

Ciertamente la Historia nos recuerda que Hitler invadió Hungría y Polonia, pero no es menos cierto que en los últimos años de la guerra las defendió del contraataque ruso. El último verso, finalmente, se estima hace mención al suicidio conjunto de Hitler y de Eva Braun el 30 de abril de 1945.

4. Monstruo del lago Ness

El monstruo del lago Ness, familiarmente llamado Nessie, es el nombre de una criatura legendaria que se dice habita en el lago Ness, un profundo lago de agua dulce (conocido en Escocia como Loch Ness) cerca de la ciudad de Inverness. Junto con Big Foot y el Yeti, Nessie es quizá el "misterio" más difundido de la criptozoología.

La mayoría de los científicos y otros expertos afirman que las pruebas que apoyan la existencia de Nessie no son convincentes, y consideran dichos informes fraudes o identificaciones erróneas de criaturas reales. Si es que existe, es posible fuera un antiguo reptil marino, aunque puede ser que ya se haya extinguido...Los rumores de un presunto gran animal o monstruo que mora en el lago han circulado durante siglos desde hace 1.500 años, aunque la precisión, credibilidad y veracidad de tales historias siempre se ha cuestionado. Muchos habitantes locales argumentan a favor de su existencia, sin embargo algunos escépticos sugieren que estos rumores de Nessie existen en su gran mayoría para favorecer a la industria del turismo y al folclore local.

La historia de los supuestos avistamientos y la creación del mito del Monstruo del lago Ness, sería la siguiente:

La más antigua referencia conocida sobre una misteriosa criatura presente en el río y lago Ness, sería el relato de la Vida de San Columba, donde se describe cómo en el año 565 San Columba habría salvado a alguien que supuestamente estaba siendo atacado por un monstruo en el río Ness. Sin embargo, muchos críticos han cuestionado la credibilidad de esta historia, pues existe otra historia con características fantásticas, donde se dice que Columba habría matado a un hombre salvaje tan sólo con el poder de su propia voz. Igualmente algunas personas han asociado como primeras referencias, a antiguas leyendas locales sobre unos míticos caballos acuáticos llamados kelpies; que se dicen habitarían en las profundidades de este lago. En ambas referencias se destaca que a estas criaturas no se les atribuyen las mismas características anatómicas que actualmente se les atribuye al Monstruo del lago Ness. 

La primera descripción moderna sucedió en 1868. Un artículo publicado ese año en el Inverness Courier, es el primero en referirse sobre rumores acerca de la existencia de un "pez enorme u otra criatura" en la profundidad de las aguas. Luego de pasar muchos años; en 1930, el periódico El Northern Chronicle, publicó una noticia titulada "Una extraña experiencia en el lago Ness" en la que se detalla la historia de dos pescadores que se refieren a un animal que produjo un gran remolino cerca de Tore Point. 

En 1932, K. MacDonald afirmó que había visto a una criatura similar a un cocodrilo remontando el río Ness. 

El artículo definitivo sobre la teoría del monstruo del lago Ness, fue el avistamiento que habría tenido lugar el 2 de mayo de 1933. El periódico Inverness Courier publicó la noticia de una pareja local que dijo haber visto "un enorme animal rodando y hundiéndose en la superficie". El informe del "monstruo" (título elegido por el editor del Courier) se convirtió en una sensación entre los medios. Las editoriales de Londres comenzaron a enviar reporteros a Escocia, e incluso un circo ofrecía una recompensa de 20.000 libras esterlinas por la captura del monstruo. 

Más tarde ese mismo año, A.H. Palmer, quien atestiguó un avistamiento de Nessie el 11 de agosto de 1933, a las 07:00 AM, describió a la criatura como teniendo su cabeza —a la que consideró como estando de frente— al ras del agua. Su boca, que tenía una anchura de entre doce y dieciocho pulgadas (30 a 45 centímetros), se abría y cerraba; la abertura máxima de su boca era estimada en cerca de seis pulgadas (15 centímetros). Hasta este momento los periódicos hablaban simplemente de un pez misterioso o extraña criatura, y no se referían a la criatura como un ser prehistórico. Siendo descrito por primera vez como un monstruo prehistórico, por una pareja de turistas (los Spicer), poco después del estreno de la mundialmente famosa película King Kong, que en esos años sumergió al público en una auténtica "monstruomanía" a través de todo el mundo. 

La preocupación moderna por la criatura, ya conocida como un monstruo prehistórico del Lago Ness, fue despertada por la fotografía presuntamente tomada por el cirujano R.K. Wilson el 19 de abril de 1934, que parecía mostrar a una enorme criatura de cuello largo que se deslizaba a través del agua. Décadas más tarde, el 12 de marzo de 1994, Marmaduke Wetherell afirmó haber falsificado la fotografía tras ser empleado por el periódico Daily Mail para encontrar a Nessie; indicando también que Wilson no habría tomado la foto, y que su nombre fue utilizado solamente para darle más credibilidad a la misma. Sin embargo y a pesar de la confesión, esta foto ya había sido difundida por todo el mundo como una "evidencia absoluta"; lo cual colocó definitivamente en la cultura popular, la leyenda del Monstruo del lago Ness de Escocia.

5. El asesinato de Robert Kennedy y de nuevo las sospechas de complot

Hay tres asesinatos en Estados Unidos que constituyen todo un misterio al que muchos les gustaría encontrar respuesta: el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, el de Martin Luther King, y el de Robert Kennedy. En los tres casos las resoluciones que se adoptaron en poco concuerdan con las muchas pruebas que en cada uno se encontraron; balas mágicas que no se saben de dónde han sido disparados; posbiles sospechosos que fueron vistos en los lugares de los crimenes pero que nunca se han encontrado; implicaciones políticas, complots…

El senador Robert Kennedy había sucedido a su hermano como gran candidato para el pueblo estaodunidense a la presidencia de EE.UU. Su caracter firme, su inteligencia, su constancia, la consecuencia con sus ideas le habían dado ese grado de apoyo y confianza que el pueblo norteamericano había depositado pocos años atrás en su hermano John F. Kennedy. Y así, el que fuera mano derecha de JFK poco a poco convertiría su carrera política en un ascenso meteórico hacia el sillón presidencial.

Un viernes, 5 de Junio del año 1968, Robert Kennedy se encontraba en el hotel Ambassador de Los Angeles buscando apoyos para su campaña presidencial. De ese modo agradecía la confianza a todos aquéllos que le habían votado en las primarias de California, en las que había arrasado poco tiempo atrá. Quedaban apenas 5 meses para saber quien sería el próximo presidente de los Estados Unidos, y él era el gran candidato para ganar.


Al acabar la reunión, la gran cantidad de público que lo esperaba a la salida hizo que decidieran sacarlo por otro lado, por lo que se dirigieron a las cocinas del hotel. Fue allí donde encontró la muerte. Tres disparos a quemarropa del palestino Sirhan Bishara Sirhan acabaron con su vida después de una larga agonía de 24 horas. Nunca se sabrá como consiguió entrar en las cocinas el asesino, ni como supop de aquel repentino cambio de planes, pero las sospechas se dispararon en todas direcciones.

Robert Kennedy sufrió tres impactos de bala: en la cabeza, en la axila y en la base del cuello, pero en total se realizaron diez disparos. De hecho, aparte de Robert, hubo cinco heridos más, uno de ellos con dos tiros. En total, diez balas, y, sin embargo, la pistola de Sirhan sólo tenía un cargador de ocho balas. Eso hizo presuponer que, supuestamente, había dos armas, y por tanto, dos asesinos. Pero aquella línea de investigación no se continuó. Hubo paneles de la cocina en las que se incrustaron las balas, y cristales rotos que se perdieron como pruebas.

El propio Sirhan, cuando fue interrogado por un psicólogo, no recordaba nada de lo ocurrido, y sólo acertaba a escribir: “Matar a Kennedy, matar a Kennedy…”, varias veces, como si fuera una reacción autómata. Los amantes de las teorías conspirativas empezaron a indicar que Sirhan estaba “programado”, teoría que aún se reforzó cuando se supo que dos años atrás Sirhan había tenido un accidente por el que fue internado en un hospital, y que cuando salió de él, todos sus conocidos decían que estaba totalmente cambiado… Y las sospechas, como ocurriera con su hermano John Fitzgerald, volvieron a apuntar hacia la CIA.

De nuevo, los presentes hablaron de otros dos personajes desconocidos que estaban en la escena del crimen, de un hombre rubio y de una mujer con un vestido de lunares. Varios testigos coincidieron en ese punto, pero tampoco se encontraron a estos dos sospechosos.


Una cuarta bala se quedó en el abrigo de Robert sin llegar a impactarle, pero era imposible que un tiro directo no le atravesara. Por otro lado, el disparo de la cabeza se demostró que había sido hecho a quemarropa, a escasa distancia, y sin embargo, Sirhan, se encontraba a más de un metro en el momento de disparar…

Muchas pruebas contradictorias; otras muchas perdidas; muchas líneas de investigación abandonadas; muchos errores en el seguimiento del asesinato… y muchos intereses particulares y poíticos, pues como su hermano, Robert seguía en la lucha contra la mafia, en su enfrentamiento a los soviéticos y a Cuba… los mismos motivos que parecieron tener para sospechar que la muerte de JFK fue un complot, se volvían a dar con Robert.

Pero como ocurrió con Lee Harvey Osvald, en este caso, tan sólo Sirhan Sirhan fue acusado del magnicidio. Hoy día, cumple cadena perpetua, pero aún así, él sigue declarándose inocente del crimen…

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